miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA INDUSTRIA AZUCARERA EN PUERTO RICO: 1501-2008

La caña de azúcar es originaria del Pacífico del Sur y hace su entrada al continente europeo con la llegada de los musulmanes, quienes la plantaron el Sicilia y España. Fue traída a Santo Domingo por Cristóbal Colon en su segundo viaje en el 1493 y a Puerto Rico en el 1501. Tan pronto se observó la decadencia de la minería, la Corona Española dirigió la economía hacia la agricultura y la ganadería. Ambas formas como mencionó el historiador Dr. Pedro Reina Pérez fueron fomentadas, pero la segunda necesitaban grandes extensiones de terrenos para su desarrollo. Esta situación llevo a los hacendados (conquistadores) y campesinos que buscaban un modo de sustento, a una lucha hasta el Cabildo de San Juan donde se decidieron por la agricultura ya que anticiparon su enriquecimiento mediante el cultivo de la caña de azúcar.
El proceso para producir azúcar era extenuante: desde preparar el terreno para la siembra, hasta cosechar, moler, cocinar y almacenarla. La primera mano de obra diestra utilizada fueron artesanos europeos (técnicos azucareros) traídos desde las Islas Canarias, quienes enseñaron a los esclavos africanos las destrezas principales para la producción del azúcar; tarea que luego se les delegó por completo.
En el 1519 el Rey Carlos V ordenó establecer ingenios de azúcar y ayudar a los criollos en lo posible. En el 1524 un comerciante genovés llamado Tomás de Castellón fundó el primer ingenio en el pueblo de Añasco, que para aquella época pertenecía al Cabildo de San Germán (el lugar se conoce como la punta del ingenio). Luego fue saqueado y casi destruido por corsarios. En el 1542 lo tuvo que entregar porque estaba lleno de deudas. Para esa fecha había sólo 5 ingenios, básicamente debido a la falta de mano de obra, el bajo precio del azúcar en el mercado, la piratería y las tormentas. En el 1548 Don Gregorio Santolaya ubica un trapiche cerca del Río Bayamón. La aventura de Santolaya resultó exitosa y el gobierno español prestó dinero a los agricultores para la construcción de pequeños ingenios.
El azúcar era producida en las haciendas. La jerarquía establecida fue la siguiente: dueño de la hacienda (hacendado), mayordomo o capataz (vigilaba los intereses del hacendado), esclavo y criollos (mano de obra). Por la naturaleza de su cultivo, la caña de azúcar fue apropiada en los litorales costeros de la isla que poseían las condiciones idóneas para su crecimiento. El clima era perfecto pues se sembraba durante la época húmeda y se cosechaba en la seca.
Se conocían tres clases de trapiches para la molienda de la caña: el más primitivo el de sangre o animal, era movido por esclavos, bueyes o caballos; el trapiche de viento que era movido por la fuerza del viento y el trapiche hidráulico impulsado por el agua. Existen al momento 6 ruinas del sistema de viento. Las más conocidas son Hacienda Esperanza o Vives, Hacienda Carlota en Guayama, Hacienda La Milagrosa y Hacienda Berdecía en Arroyo, Hacienda Plazuela (Central Plazuela) en Barceloneta y la Hacienda Santa Ana en Bayamón.
La población esclava en Puerto Rico se duplicó entre el 1790 y 1802 elevándose de 11,260 a 25,591. Para el 1812 la economía azucarera había crecido mucho y también la población esclava que sostenía esa economía. En el área norte, cerca de la capital, los esclavos de las muchas haciendas cañeras habían comenzado a organizarse para luchar por su libertad. Tal vez siguiendo el ejemplo de Haití, donde los esclavos se habían levantado en armas contra sus amos: los hacendados franceses.
Los pueblos costeros tuvieron una mayor concentración de esclavos africanos. Por eso, la mayoría de las rebeliones entre los años de 1796 y 1848 se localizaron en estas áreas. Mucha de la producción de azúcar se concentró en 3 pueblos: Ponce, Mayagüez y Guayama, que produjeron el 54 % del total de la isla. Este crecimiento del azúcar se debió a 2 factores: los cambios introducidos por los españoles y la apertura de nuevos mercados. En Puerto Rico, el tráfico negrero llegó a su fin para el 1845, al combinarse el alto precio de los cargamentos de esclavos, los bajos precios del azúcar, la presión inglesa (nación que le impuso a España un tercer tratado anti-esclavista que redujo las importaciones a las Antillas) y la decisión de las autoridades de resolver el “problema de brazos” en la agricultura con los campesinos (criollos y el régimen de la libreta).
El precio mundial del azúcar bajó a partir del 1870, año en que se comenzó a exportar de Europa azúcar extraída de la remolacha. Esta se realizaba mediante un proceso totalmente mecanizado, lo que producía un azúcar de mejor calidad que la que se producía en la isla. De aquí la mecanización de las haciendas resultó imperativo, pero a un gran costo que muchos hacendados no pudieron sufragar.
Sin embargo, algunas de las haciendas lograron semi-mecanizar el sistema de producción; otras lo lograron por completo. Utilizaron varios adelantos: se introdujo el trapiche de vapor y el sistema de “Tren Jamaiquino”; entre otros. Para el 1898 el número de haciendas productoras de azúcar en Puerto Rico se había reducido a menos de 200.
La antigua Hacienda azucarera había comenzado a hacer la transición hacia la Central a finales del siglo XIX . A las haciendas azucareras que se habían semi-mecanizado se les llamo Ingenios. Las cuales, al no poder completar la transición hacia la total mecanización de su sistema, dejaron de producir azúcar y se convirtieron en haciendas para cultivo de la caña, vendiendo sus cosechas a las que pudieron mecanizarse y se convirtieron en Centrales.
Si el azúcar tenía poco valor por libra, la caña tenía poco valor por tonelada. La transportación de caña al molino era una tarea que consumía gran parte de los recursos. La primera aplicación de ferrovías en Puerto Rico fue para el arrimo de la caña al batey de la hacienda azucarera. Como la caña se debe moler antes de 24 horas de haber sido cortada para evitar la pérdida de sacarina, la extensión máxima de una operación azucarera estaba determinada por el tiempo que el sistema de acarreo se tomara en llevar la caña hasta el batey.
Las haciendas comenzaron a utilizar vías portátiles para los carretones de vagones movidos por bueyes, porque las vías no sostenían el peso de una locomotora. Luego fueron locomotoras en vías fijas junto a carretones y vías portátiles las que llevaban la caña desde el corte hasta algún punto servido por las vías fijas que rodeaban el batey. Podía procesarse una gran cantidad de caña en un solo punto. Esto hizo posible el establecimiento de las centrales.
El 3 de marzo de 1888 el Sr. Ivo Bosch y Puig en subasta pública ofreció la oferta de 9,928,000 pesos para comprar una franquicia para desarrollar un ferrocarril en Puerto Rico, la cual se aprobó el 15 de abril de 1888. Sin embargo, traspasó la concesión el 8 de junio de 1888 para la construcción y operación de un ferrocarril que circunvalara la isla. Así nació “LA COMPAÑÍA DE FERROCARRILES DE PUERTO RICO” (C.F.P.R.), establecida en Madrid, España pero con capital francés. Los trabajos de construcción comenzaron el 15 de octubre de 1888 y estuvieron a cargo de Antonio Ruiz Quiñones y Tulio Larrinaga.
Las centrales dependían de la infraestructura de transporte de caña que pudiera arrimar suficiente cantidad como para mantenerse operando a capacidad las 24 horas. De esa forma, podían asumir la cuantiosa inversión de capital y producir ganancias. Esto explica el fenómeno de localización de centrales azucareras después de 1900 en las regiones donde ya operaba el ferrocarril para el 1898, como la Central San Vicente en Vega Baja 1873 (primera en fundarse), Central Monserrate en Manatí 1894, Central Carmen en Vega Alta 1895, Central Constancia en Toa Baja 1897, Central Coloso en Aguada 1875.
En el 1898 ocurre la invasión norteamericana, los múltiples problemas económicos de la Compañía de Ferrocarriles de Puerto Rico, obligaron a que se descontinuaran los trabajos de expansión. Esto ocasionó que otros inversionistas adquirieran la franquicia para explotar ese medio de transportación. Los inversionistas norteamericanos que se interesaron en la industria azucarera de la isla, vieron la necesidad de mejorar el sistema ferroviario y lo adquirieron, dando paso a la “AMERICAN RAILROAD CO.” (A.R.R. 1902), que movió 90,000 vagones de caña en la zafra de 1929.
Las centrales hacían uso de maquinaria industrial para moler y procesar la caña en un lugar centralizado. Un nuevo modelo de producción más grande y eficiente sería alcanzado bajo el mando norteamericano, llevándola a su máximo desarrollo. Con las inversiones norteamericanas en la industria de la caña entre 1900 y 1905 se levantaron 4 centrales de gran tamaño provistas de sus propios ferrocarriles: Central Aguirre en Salinas (1898-1990) (primera en establecerse), Central Guánica en Guánica (1900-1981) (South Porto Rico Sugar Company, que fue la de mayor tamaño en la isla), Central Fajardo en Fajardo (1905-1977) y un conglomerado de 5 centrales llamado “UNITED PORTO RICO SUGAR COMPANY” compuesto por Santa Juana (1906-1966) y Defensa (1920-1940) en Caguas, Juncos (1905-1973), Pasto Viejo (1907-1958) en Humacao y Cayey (1926-1967).
Estas compañías influenciaban las decisiones que se tomaban en la isla; no obstante sus oficinas centrales no estaban aquí, sino en Estados Unidos y por eso se les llamó “AUSENTISTAS”. Las ganancias se las llevaban a su lugar de origen: Boston y New York.
Los trabajadores de la caña dependían de la cosecha o “ZAFRA” que duraba pocos meses y quedaban desocupados durante el resto del año. Durante la zafra se trabajaba de sol a sol por salarios bajos. Muchas personas emigraron hacia el centro de las ciudades buscando empleos. A ese periodo se le llamó ”TIEMPO MUERTO”, por consiguiente había mucho desempleo.
La legislatura insular en 1908, aprobó una Ley creando el Servicio de Riego de Puerto Rico. Se completó un sistema para extender el promedio de regadío utilizando agua de ríos del norte y del sur de la divisoria principal de la isla que bajan de la Cordillera Central. Se llevaron a cabo importantes obras de embalses de aguas de los ríos Patillas, La Plata y Jaguas. Este sistema cubría 40 millas entre los pueblos de Patillas y Juana Díaz regando hasta 33,000 cuerdas de terrenos mediante un sistema de canales de 100 millas.
En el 1928 el Huracán San Felipe causó gran destrucción. Un años más tarde, la economía norteamericana se desplomó; la bolsa de valores cayó en lo que se conoce como la Gran Depresión. En el 1932, el Huracán San Ciprián dejo pérdidas millonarias. Para el 1940 llegaron a existir alrededor de 40 centrales. Las compañías ausentistas dependían de los mercados de exportación del azúcar que se producía localmente. Al disminuir la producción, asimilaron las perdidas y afectaron los empleos que eran de temporadas.
Con la victoria del Partido Popular Democrático y Luis Muñoz Marín en el 1940, vino una reforma agraria en la que se implementó la Ley de los 500 Acres, que impedía que las corporaciones acapararan tierras en exceso de esa cantidad y se creó la Autoridad de Tierras de Puerto Rico para garantizar tierras a los que las trabajasen. Pero muchos trabajadores se alejaron de la agricultura para iniciarse en los empleos de la manufactura. La Segunda Guerra Mundial (1941-1945) aisló a Puerto Rico de los mercados de exportación. Para el 1972 el Gobierno de Puerto Rico poseía el 100 % de las centrales y refinerías en operación. Las adquirió a través de la Administración de Terrenos y la Administración de Tierras de Puerto Rico. De las 17 centrales azucareras que comenzaron la industria; al 1970 solo quedaban 13 centrales y se mantenían 4 refinerías. En el periodo de 1970 al 1972 la Central Guánica ocupaba el primer lugar como productora de azúcar con el 15% del total producido en la isla. La segunda era la Central Aguirre con un 12% de la producción total. Las 6 refinerías eran Guánica (Parrot), Santa Juana (Blanquita), Roig (Starlight), Rio Llano (Eversweet), Igualdad (Brillante) y Mercedita (Snow White) la más prospera. Un detalle que hay que mencionar es que toda la azúcar producida por estas refinerías no se exportó al exterior sino que se utilizó para el consumo local.
El 29 de enero de 1973 el Gobierno crea la Corporación Azucarera de Puerto Rico, subsidiaria de la Autoridad de Tierras. La Administración de Terrenos y la Autoridad de Tierras de Puerto Rico transfirieron todos sus activos y pasivos relacionados a la industria azucarera a la recién creada corporación. Su misión era mantener la producción de azúcar en un nivel que permitiera atender las necesidades de los consumidores y de la industria. Sus funciones básicas eran conservar, desarrollar, mejorar o intensificar el cultivo de las tierras dedicadas a la producción de caña hasta donde económicamente fuese viable y conservar, desarrollar, mejorar, y operar las centrales dedicadas a la producción y elaboración del azúcar y cualquier producto derivado. La Corporación opero 4 centrales: Central Plata (1910-1996) en San Sebastián, Central Coloso (1880-2002) en Aguada, Central Roig (1897-2001) en Yabucoa, Central Mercedita (1890-1994) en Ponce y el mantenimiento de otras 6 que no estaban en uso: Central Guanica (1900-1981), Central Aguirre (1898-1990) en Salinas, Central Cortada (1903-1974) en Santa Isabel, Central Cambalache (1905-1981)en Arecibo, Central Igualdad (1909-1977) en Añasco y la Central Fajardo(1905-1977).
Las razones para la decadencia de la Industria Azucarera en Puerto Rico, según el Sr. Duhamel Zayas Rivera expuestas en su libro “EL VERDOR Y DULCE DE NUESTRA CAÑA DE AZUCAR” surgen en la década de los años 1950 al 1960, después de haber obtenido la mayor producción en la historia del azúcar en Puerto Rico en 1950 fueron:
1-La industrialización en Puerto Rico.
2-La reducción de cuotas azucareras en la década de 1950.
3-Los requisitos ambientales en la década de 1970.
4-La proliferación de convenios colectivos (fue la empresa de gobierno que mas convenios colectivos tenia para las décadas de 1970 al 1990)
5-La utilización de los mejores terrenos para vivienda y centros comerciales.
6-La excesiva reglamentación y leyes laborales.
7-Los altibajos del mercado de azúcar y mieles.
8-La falta de automatización e inversión en las centrales azucareras y refinerías.
9-La intervención gubernamental y su política pública de considerar la industria no como negocio, sino como una fuente de empleo.
La industria azucarera le sirvió al pueblo de Puerto Rico por más de siete décadas y en un momento representó el 60% del ingreso bruto del país.
En la actualidad, Brazil es el mayor productor de azúcar, líder y pionero en la elaboración de etanol, combustible fabricado de la caña de azúcar, del que produjo 20,000 millones de litros en el 2008 y se proyectaron 24,000 millones en el 2009.
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